Los transportes de viajeros
DILIGENCIAS Y SILLAS CORREO

Hasta la entrada en funcionamiento de la diligencia, el sistema convencional de viajar, además de a lomos de alguna mula o caballo, era en coche de alquiler, eso sí, previo contrato por escrito entre ambas partes, aunque con excepciones. Los coches de colleras, las galeras, las calesas y los calesines eran los más utilizados. En las posadas se daban ciata a diario unos personajes llamados "maletillas" que eran una especie de corredores de carruajes y coches, cuya misión consistía en captar viajeros. Se movían por los aldedores de la Puerta del Sol y una vez localizado el cliente concertaban las condiciones del viaje ganándose "...un medio o un tercio del importe del viaje".

Uno de los carruajes más populares de la 2ª mitad del siglo XIX fue la diligencia, una furgoneta de tiro con "...baca, pescante abierto con capota donde iban el cochero y escopetero, asientos cómodos en el centro y en peores condiciones en la parte trasera". Al igual que el resto de los vehículos utilizados en este periodo, la diligencia evolucionó técnicamente pasando de las primeras 6 plazas a las 20 de mediados de siglo. Y lo mismo pasó con la comodidad.

 

En 1818 ofrecía las categorías de interior y cabriolé para ampliar su oferta a berlina, interior, rotonda e imperial. Los primeros trayectos del servicio de diligencias unieron la capital con Valencia, en 1819, y Barcelona, Irún y Sevilla, en 1821. Con la llegada del ferrocarril en la 2ª mitad de siglo comienza el ocaso de este medio de transporte que limitará sus itinerarios a localidades cercanas a Madrid como Cuenca, Barajas, Arganda, Getafe, Leganés, Carabanchel, Villa del Prado, El Pardo y Torrelaguna.

Paralelamente a las diligencias hacen aparición las sillas-correo que inician su servicio "el 4 de febrero de 1840, con la salida de esta Corte 3 días a la semana y entrando otros 3...". El aumento de la demanda de viajeros provoca una mejora del servicio y así "...fue necesario variar la clase de carruajes y se construyeron coches de 2 cuerpos, capaces de 7 personas y las cuales como eran más ligeros hacían el viaje si aumentar el ganado en el mismo espacio de tiempo". Por aquel entonces costaban los viajes, por ejemplo, 540 reales el trayecto de Madrid a Bayona, ida y vuelta. Había sillas-correo en las líneas que unían la Corte con Extremadura, Castilla, La Coruña y Oviedo.

 

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